EL
LADO OSCURO DE UNA MILITANCIA
Nunca podremos saber cuando
el pasado, hablando en términos estrictamente temporales, nos puede llegar a
alcanzar; esa espera que se pierde de vista al despejarse la causa o motivo de
temor a vernos descubiertos por lo que sea que podamos ocultar.
Bajo esa óptica, el ser humano
siempre se sujeta a parámetros generalizados por la gente más ignorante (de ignorar
el conocimiento de una causa, no de intelectualidad), y tiende a formarse un
juicio (la mayoría de las veces erróneo) de lo que critica o desestima; sin
conocer muchas veces el fondo de lo que plantea y peor aún, emitiendo un juicio
por sobre los valores y derechos humanos; un juicio que la mayoría de las veces
impacta a quien menos lo espera.
Las buenas o malas acciones están
estandarizadas e incluidas en su respectivo núcleo de atención; si se trata de
algo encomiable seguramente el organismo correspondiente otorgará un reconocimiento;
pero si es un delito entonces las autoridades responsables aplicarán una
sanción, no hay otra resolución en el país más clara y contundente que el imperio de la ley.
Entonces si relacionamos el
aspecto de la conducta del hombre con la descompuesta visión de algunos de sus
semejantes, no podremos garantizar que la perspectiva de quien denosta un hecho
o persona, sea real y digna de crédito; lo más seguro es que al calor de
intereses entrelazados el carácter apasionado del ser humano salga a flote y
ocupe la información inmediata que tenga como un reflejo defensivo y la vierta
sin responsabilidad. De casos como este están llenos las cárceles y los
cementerios, descubriendo que la violencia y sus continuas expresiones no solo
son generadas por la corrupción y el hampa, sino también por la intolerancia
hacia perspectivas particulares divididas.
En este sentido me salta a
la vista, el asesinato de tantos periodistas en los últimos tiempos y la
desaparición de otras tantas personas que de un modo u otro, terminaron pagando
un precio muy costoso; y quienes están en su duelo o espera, definitivamente no
tienen más opción que resignarse a continuar con sus vidas en medio del dolor y
la incertidumbre.
El problema no parece ser
responsabilidad solo del narco o los gobernantes corruptos; ahora con la nueva
dirección que han tomado las ideologías izquierdistas; parte de su gremio acuerpadas
por pseudo lideres, vagos intolerantes, estudiantes irregulares, profesionistas
desempleados y resentidos de oficina; sus intereses se vislumbran oscuros y la
esencia de la izquierda parece perdida; lo que en un inicio representaba un
modelo de esperanza que había que trabajar, se diluyó en la arquitectura de un movimiento
que solo suma irresponsables, apáticos y propulsores de disidentes en potencia.
No se entiende como las
bases partidistas no puedan hacer un selectivo de la militancia que arropan, o
como no se pueda monitorear la actividad de un funcionario de alto nivel, que
termine siendo perseguido por la ley o detractado por sus contrincantes al
serle descubierto algún lado oscuro; esa es la razón por la cual el priismo no
tiene cabida en la mente de los ciudadanos más jóvenes; porque a pesar de que
la mayoría no tenía definición de lo que pasaba en el país, durante las
gestiones criminales de Echeverría o López Portillo "de Durazo", y que
posiblemente parte de su familia o ellos mismos pudieron gozar o desarrollar un
patrimonio que ahora los tiene educados y posicionados en sus respectivas
vidas; el azuzamiento constante de quienes presumen tanto de historia y
proliferan esquemas disidentes sin importarles el resto de la sociedad; terminó
incentivando sus corazones a la rebeldía, al golpe, al “montón”, a la violencia
sin freno en todas sus facetas y por ende al freno de la productividad con su
respectiva dósis de especulación financiera.
Tenemos muy claro que quienes
se auto proclaman lideres y terminan dirigiendo una tendencia sin coherencia y
con tintes ofensivos hacia sus contrapartes; son quienes más daño le hacen a la
nación, pues en el afán de no perder un ápice de terreno (o seguidor) en sus
intereses (disfrazados de ideologías baratas), son capaces de las bajezas más
aberrantes que pueda realizar un ser humano (si es que merecen ser llamados así)
y mienten, dividen, predisponen, espantan, acusan, desconocen, y pueden en su cegada cólera ideológica llegar
a hacer daño físico a un semejante o quizá hasta asesinarlo.
Tal vez por eso el candidato
de las izquierdas no termine de convencer al sector empresarial y con mas
madurez en el país; pues a pesar de que su honestidad no tiene discusión y de
que su proyecto es el más atractivo (a pesar de su virtualidad) para la
población más marginada; son sus seguidores más conflictivos, los que lo están orillando
a perder.
Ahora que es muy fácil confundir
la verdadera militancia política de los estudiantes (pues todos insisten en
llamarse “apartidistas”), es cuando los verdaderos criminales (no solo los “ladrones”
del PRI), aprovechan y maquinan escenarios en contra de una verdadera
reconciliación nacional; hoy ya no sabemos el horario en que un joven es “apartidista”
y expresa su encono sin control hacia la sociedad (en las calles y en horas de escuela), y partidista al llegar a su casa
e interactuar con su familia (también parte de la sociedad) y aceptar "una migaja" del partido en el poder como si nada
hubiera ocurrido. ¿Cómo saber si la conducta exhibida unas horas antes no puede
tener efectos perjudiciales en algún miembro de su gente o afectos cercanos? En
medio de tanta cerrazón e intolerancia se ve muy difícil esclarecerlo; pues a quienes
indujeron sicológicamente a la multitud no les importa ni el trabajo, ni el
tiempo ni las preocupaciones de los demás; solo están a la expectativa del
golpe, del asalto.
Realmente es triste saber
que detrás de estas actitudes beligerantes se encuentra gente capaz y activa,
personas con un alto potencial intelectual, pero que debido a experiencias
estrictamente personales no distingue entre un enfoque y un ataque; gente que ha
creado núcleos de animadversión por rencillas pasadas, beneficios perdidos y en
defecto de sus pocos logros personales o la mediocridad de los que tengan, muchas
veces se presentan con una piel de oveja que puede confundir o engañar hasta al
lobo más experimentado.
Es gracias a este tipo de
personas, que las instituciones partidistas se han llenado de escoria política;
y a imitación del tumor que tanto queremos evitar y que obviamente no es
propiedad de un solo partido, también forjan una horda de inestables,
interesados y oportunistas que en su momento afectarán el núcleo que representen.
La situación no deberá
cambiar mucho en los últimos días, seguramente seguirán apareciendo en el
camino personajes que se montan en los acontecimientos y sin apelar al sentido más
común o humano, continúen confrontando a la población y estén dispuestos hasta iniciar
una guerra civil que termine de dividir a los mexicanos, que afecte nuestro patrimonio,
provoque la perdida aun mas del nacionalismo y el bloqueo al proyecto de nación
que cualquiera de los que están compitiendo por la silla deberá emprender y
sostener.
Estemos muy atentos a
detectar a estos manipuladores de masas, pues su desinterés por los problemas
que afectan al ciudadano común, como tener agua, libre tránsito, calles
limpias, o simplemente estar en paz y
concordia; le hace emerger como un extraño de la sociedad que forma parte.
Por
Gerardo
Morales
PROPIEDAD
INTEELCTUAL: TODOS LOS TEXTOS SON ORIGINALES DE CARLOS GERARDO MORALES OLIVERA
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