jueves, 14 de junio de 2012

La creatividad del mexicano ante el desempleo





COMO MÉXICO NO HAY DOS


Cuando observamos a nuestro alrededor y vemos la multitud de objetos que rodean el entorno; sus formas, matices, y sobre todo su conexión con el tiempo y el espacio; nos remitimos a pensar en el mundo de oportunidades que surgen de nuestro mismo medio y están esperando ser apropiadas.

La creatividad del mexicano lo hace adaptar cualquier esquema de sus vidas a lo que tiene a la mano como recurso inmediato; esto lo ha puesto en ventaja ante economías emergentes como las asiáticas o algunas africanas.

Mientras en Asia, los países para alcanzar un desarrollo sostenible deben someter sus procesos de producción a modelos esclavizantes, que exprimen y desgastan las aptitudes de los trabajadores; en África las dadivas o la colusión de algunos pueblos y ciudades con las tiranías que les correspondan los pone en circunstancias de mayor oportunidad ante quien no lo hace y termina preso del régimen o la hambruna.

Aunque resulta verdaderamente difícil englobar todas las expresiones que distinguen a un individuo de otro en un plano determinado; si podemos reconocer el talento de algunos para resolver situaciones comunes que requerirían de un factor específico para su resolución.

Una de las vertientes que más se ajusta a este planteamiento es la subsistencia por el medio que sea; es decir, utilizar todos los recursos disponibles para desarrollar una actividad que nos permita comer, vestir, estudiar, etc., sin ella sería imposible cubrir los gastos que derivan de toda logística de supervivencia.

Como el flagelo del desempleo no es una causa cien por ciento predecible (pues estamos a la expectativa de otras economías), no se pueden prevenir crisis que impacten el desarrollo de alguna parte de la sociedad; por lo tanto para el ciudadano sin oportunidades o derechos (sociales, o de salud pública), es menester aplicar el entorno que le rodea o el conocimiento del mismo, para concebir una tarea que le permita subsistir, a él y(o) a los que de él dependan.

A lo largo y ancho de la geografía nacional, vemos casos de aplicación laboral en todos los tenores formales e informales; provocando con esto un aumento en la oferta de bienes y servicios, pero decreciendo la calidad en algunos de ellos como lo sería el transporte o la alimentación; por ejemplo vemos en algunas partes de la republica la proliferación de transportes informales de nueva introducción como los bici taxis, triciclos, motonetas, etc., que si bien proveen de otra alternativa para el ciudadano que los ocupa, también provocan un caos vial y un incremento en el riesgo de accidentes; lo destacable aquí es la visión creativa (y hasta de tintes empresariales), para adaptar un vehículo individual a un uso colectivo.

Una causa para hablar del decrecimiento de la calidad en la elaboración de alimentos o bebidas en la vía pública o al aire libre, es la diseminación de partículas infecciosas en el ambiente que contaminan la comida o materia prima con que se elaboran; también se comprende que al encontrarse en un espacio abierto y sin servicios básicos como un baño o lavabo, la contaminación también se propaga directamente de las manos de los cocineros (taqueros, cocteleras, fritangueras, etc.) y de los mismos consumidores; esta expresión avala más la necesidad de quien oferta el servicio, que la creatividad misma; aunque hay casos en que la oferta gastronómica sí depende de determinada materia prima sin costo, como los preparados a base de hierbas, insectos o gusanos; convirtiéndola en una alternativa de oferta más.

Otra de las adaptaciones laborales del mexicano en nuestro país y el mundo es la provisión de servicios “profesionales-informales”, ¿cómo es esto?, pues bien únicamente hay que echar una ojeada al exterior del atrio de la catedral metropolitana para darnos una idea del nivel de desempleo que existe actualmente en nuestro país; es en esta zona y algunas más como la merced o la plaza de santo domingo en el centro de la capital mexicana, se dan cita día con día cientos (hasta miles) de trabajadores eventuales que buscan obtener una oportunidad para realizar algún oficio de carácter informal como la albañilería, plomería, electricidad, etc., siendo esta imagen una de las más crudas con respecto a nuestros semejantes y su triste realidad, pues de cada 100 personas que ofertan su oficio en estos espacios solo un 3% logra ser contratado.

Este ejemplo de incapacidad contractual sobre mano de obra (sino calificada, sí experta), se debe a la desconfianza misma de nosotros en exigencia de la calidad o la propia seguridad, pues en el trayecto de permitir el acceso de alguien desconocido a nuestra propiedad también se arriesga el patrimonio o la posibilidad de un abuso mayor. Esta es la principal razón por la cual vemos a tantos oferentes informales de empleo varados en su espera.

Una más de las creatividades del mexicano para llevar el sustento a su hogar es la manufactura y el ingenio; con estos dos elementos entrelazados, cualquier idea salida de la mente de uno de los nuestros es capaz de transformarse en un objeto o vehículo para otros mas, y hacer de las formas o apariencias naturales así como de los medios y materias primas;  bienes comunes en virtud de ser atractivos, innovadores y comerciales.

En este rubro toman forma la artesanía y el arte en todo su contexto; aquí se engloban la alfarería, el laqueado, la cerámica, el tejido, el bordado, etc., dando pie a expresiones más puras como la pintura y la escultura, medios comúnmente utilizados y comercializados en el sector étnico-religioso.

También en la creatividad laboral con respecto a las artes, podemos mencionar a las compañías étnicas teatrales que ponen en escena obras de valor histórico-geográfico y mantienen en sus filas población de extracción indígena, mestizos y criollos; logrando una simbiosis entre estas tres clases y articulando una oportunidad de desarrollo colectivo para ellos y sus familias; también encontramos trovadores, instrumentistas, interpretes, bailarines y danzantes; todos ellos buscando siempre una oportunidad de subsistencia atenidos a su oficio y creatividad.

Existe una gama interminable de ejemplos sobre la adaptación mexicana a la escena laboral, podríamos escribir muchísimo en cuanto a la creatividad del mexicano y sus ocurrencias sobre todo tipo de situaciones; sería un tanto difícil definir cuál es una buena y segura aplicación o cual solo le resta tiempo a quien la intenta y solo le sirve para evitar o confundir una verdadera oportunidad.

Si hay situaciones de aprehensión medica, ahí encontramos los clásicos “remedios”; si se presenta un caso de ignorancia no faltará “el sabio”; si ocupamos un consejo sobre determinado tópico, no faltarán los asesores, jurídicos, inmobiliarios, técnicos, etc., que nos lo ofrezcan; nunca queda en el aire una necesidad en México, pues aunque es bien sabido que la responsabilidad del gobierno no siempre es la más efectiva, siempre habrá alguien desocupado que cobre por algún trabajo para otros.

La realidad del desempleo en México cobra tintes de falacia, pues es claro que nuestro problema no está en la falta de creatividad para subsistir; hemos visto hasta el cansancio el esfuerzo de muchos por mantenerse ocupados y también la desesperación o apatía de quien no se ocupa; no obstante podemos estar seguros que nunca estaremos solos ante una eventualidad, siempre habrá un mexicano que nos intente sacar “la chamba” en un mundo cada vez mas desempleado.




Por
Gerardo Morales


PROPIEDAD INTELECTUAL: TODOS LOS TEXTOS SON ORIGINALES DE CARLOS GERARDO MORALES OLIVERA


 
 

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