jueves, 22 de marzo de 2012

V INFORME FLACSO - Segunda parte



CRISIS  FINANCIERA

2da de 5 partes



II. CONSECUENCIAS SOBRE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

El impacto de la crisis no es lineal. Posee ritmos, profundidades y afecta de manera distinta a los diversos sectores. De igual forma, la velocidad con la cual la crisis se expresa en los diversos países también varía. Los primeros efectos se hicieron sentir en los países de mayor apertura económica, reduciendo sus exportaciones, generando desempleo, y en definitiva limitando de manera importante la tasa de crecimiento. Así también la crisis evidenció vulnerabilidades no previstas, en especial, el endeudamiento del sector privado.

1.    Caída en los precios de las exportaciones

Se ha producido una importante caída en los valores de los bienes que exporta la región. Si bien no han caído al nivel que tenían hace 6 u 8 años atrás, antes de que se iniciara el proceso de crecimiento económico, las reducciones son muy importantes. El petróleo cayó de US $ 160 a US $ 40. En el caso del cobre, bajó poco más del 50% y en el caso de la soya ocurre algo similar. Lo más preocupante es que, con la excepción de Panamá, el 90% de la población latinoamericana depende de las exportaciones de bienes primarios. Al caer los valores y el volumen de las exportaciones se verá afectada la vida de la inmensa mayoría de la población de la región. También se reducirán los impuestos que recauda el Estado por dichas exportaciones. La crisis financiera, directamente ligada a la crisis de las hipotecas en los Estados Unidos y de los países desarrollados, tiene consecuencias directas en el sector forestal latinoamericano, que ve reducida la demanda en cortos lapsos de tiempo. Hay diferencias manifiestas entre los países. El impacto mayor será en las economías más abiertas y en aquellas que comercien más con los países desarrollados. Por ejemplo, para América del Sur y los países del MERCOSUR se prevén caídas del 15,7% y el 5,9% respectivamente. Los países más afectados serán los exportadores de metales y de petróleo y energía, cuyos términos de intercambio disminuirán un 20,6 % y un 28,3% respectivamente. En cambio, en los casos de Centroamérica y el Caribe, por ser importadores netos de productos básicos, la disminución en los precios de petróleo, metales y cereales compensa parcialmente las otras consecuencias de la crisis.23

Estos últimos países habían sufrido pérdidas en los términos de intercambio en los años recientes y registran cierta mejora en 2009.

Desde una perspectiva general se puede señalar que existe una caída importante en los intercambios la cual se mantendrá al menos todo el año 2009, con repercusiones importantes en las tasas de crecimiento de la región. Ello refuerza el impacto negativo por una doble vía: por un lado, la menor demanda de los países desarrollados; y por otra, la reducción de los precios de los productos primarios de exportación.

Este efecto acumulado tendrá impactos sociales que pueden ser visualizados a nivel sub nacional, en las áreas geográficas donde se producen las exportaciones, y también a nivel nacional como efecto cumulado. Todo ello tensionará los procesos democráticos y dificultará las capacidades de gobernabilidad democrática.

2.    Caída del PIB

Todas las proyecciones económicas muestran un decrecimiento en la región para el 2009. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) efectúa una proyección de -1,9%, el Banco Mundial proyecta una cifra de -2,2% y el Fondo Monetario Internacional (FMI) posee una perspectiva aun más negativa ya que ubica la tasa de decrecimiento en -2,5%. Este último, a su vez, proyecta un reducido crecimiento para el año 2010, este solo alcanzaría un 2,9%. Por su parte, el Banco Mundial proyecta que la región crecerá 2,0% en 2010 y 3,3% en 2011. CEPAL proyecta un 3,1% de crecimiento del PIB para 2010.

Los impactos negativos serán para México con -7%. La situación de México se ha visto agravada por la aparición del virus A H1N1, cuyas consecuencias sobre la economía han sido devastadoras en especial en el sector turismo. Después siguen Costa Rica y Paraguay, ambos países con -3%. Otros países con cifras negativas son Chile, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. En el caso de Brasil de una fuerte tasa positiva en 2008 (5,1%) pasará a tener una tasa negativa en 2009 (-0,8%). Incluso en países que habían crecido a “tasas asiáticas”, como Uruguay, Perú, Panamá, Argentina y Ecuador, las caídas en sus respectivos productos serán muy fuertes. El crecimiento se contraerá en más del 60% en todos los casos y en algunos las cifras son mucho mayores como lo muestran Argentina y Ecuador.


Las proyecciones efectuadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para2010, muestran una recuperación parcial de las dos principales economías México con un 3,3% y Brasil con 3,5%. El único caso en el que el FMI estima que tendrá un crecimiento negativo es el de Venezuela con una cifra de - 0.4%. Las mayores tasas de crecimiento las ubica en el Perú con 5,8%, Chile con 4% y Paraguay con 3,9%. Al mirar la proyección regional que efectúa el FMI, se observa una caída en Estados Unidos de -2,7%, una reducción del crecimiento de América del Sur más México de-2,7% también, una leve reducción en el Caribe de un -0.5% y un -0,7% en el caso de América Central. Estas cifras de crecimiento negativo contrastan de manera fundamental con las tasas de crecimiento que había logrado la región desde el año 2003, cuando se comenzó a superar los efectos de la crisis asiática y que permitieron al conjunto de la región tener una tasa de crecimiento de prácticamente un 5%. Si bien esta cifra es menor a las tasas de crecimiento asiáticas, el crecimiento logrado por América Latina desde el 2003 al año 2008, muestra las mejores cifras del crecimiento económico en más de un cuarto de siglo. El gran freno al despegue económico regional, el cual se expresa en el conjunto de la región, y en algunos casos de manera mucho más importantes, tendrá consecuencias sobre el empleo, sobre la reducción de la pobreza, sobre las inversiones públicas y en el ámbito político sobre la capacidad de gobernabilidad democrática y la convivencia ciudadana.


      3. Aumento del desempleo

Uno de los indicadores más afectados por la crisis financiera es el desempleo. Los efectos acumulados en la caída del comercio y las exportaciones, la reducción del crecimiento económico, las caídas de las remesas y en general en la reducción de los intercambios, se manifiestan con fuerza en este rubro. De momento sólo hay datos preliminares por lo que todavía no hay certeza sobre la dimensión real del problema.  Aun así, sí se puede afirmar que han aumentado, y seguirán aumentando, las tasas de desempleo. Lo importante es que este aumento se produce luego de cinco años de disminución en las tasas de desempleo, hecho que puede ayudar a atenuar el impacto de este fenómeno, pero que indudablemente producirá efectos en lo social y político.

Desde el 2003 no había retrocesos en este indicador en la región. Entre el 2004 y el2008 el desempleo disminuyó del 11,0% al 7,4%. En cambio, para el 2009 se proyecta un aumento de la tasa de desocupación de más de un punto porcentual, que llevaría la tasa de desempleo a alrededor del 9%, lo que significaría que cerca de tres millones más de personas quedarán sin empleo24. La estimación de CEPAL es que habrá entre 17,2 y 18,1 millones de desocupados en la región25. De igual manera, según estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el desempleo podría estar entre un 8,1% y 9,2%, es decir, entre 22,6 y 25,7 millones de personas desempleadas en América Latina 26.

El aumento en las tasas de desempleo empuja a muchos trabajadores al sector informal, con el consecuente deterioro de sus condiciones laborales y acceso a la seguridad social. Esto es preocupante en una región donde las condiciones laborales no son óptimas para gran parte de la población. En América Latina, con excepción de Chile, en todos los países un 40% o más de los ocupados trabaja por cuenta propia, en el servicio doméstico o en micro o pequeñas empresas de baja productividad e ingresos27.

Además del problema del desempleo, se prevé que otra consecuencia directa sea el deterioro en la calidad del empleo, lo que se manifiesta principalmente en recortes en la jornada laboral, precarización de las condiciones de trabajo, retrasos en los pagos y recorte de salarios. También se pronostica un impacto negativo en las categorías de trabajadores “vulnerables” y trabajadores “pobres”. Los trabajadores vulnerables son personas que contribuyen al sustento familiar, o trabajadores por cuenta propia con menor acceso a las redes de seguridad sociales, que protegen contra la pérdida de ingreso durante tiempos difíciles. De cara a la crisis, la calidad de vida de este sector tenderá a deteriorarse. También se prevé un aumento en el número de trabajadores pobres, es decir, personas que no ganan lo suficiente para mantenerse a sí mismas y a sus familias por encima del umbral de la pobreza de 2 dólares al día por persona.
Todo lo anterior repercute negativamente en las condiciones de pobreza, de trabajo y genera un ciclo vicioso de inequidad y desigualdad. Según Naciones Unidas“, cuando los aumentos de productividad son limitados, los incrementos de los salarios de los trabajadores en una economía suelen ser escasos, y no existe potencial adicional para crear nuevos empleos.” 28. Además, la pérdida del empleo tiene un impacto directo sobre las capacidades de consumos de las familias. El incremento en las tasas de desempleo que ya se evidencia en países como Brasil y Chile incidirá de manera directa en el combate que ambos países desarrollan por superar la pobreza y la indigencia. Las tasas de crecimiento negativas previstas y la lenta recuperación económica mundial auguran problemas para el conjunto de la región. Los impactos de la crisis en el sector laboral son de gran importancia ya que el mercado de trabajo constituye el eslabón principal entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. La creación de empleo, la mejora de las remuneraciones reales—asociada al incremento de la productividad—y la cobertura y las características de la protección social de los ocupados son los mecanismos que permiten traducir el crecimiento en mayores ingresos y bienestar en los hogares. Entre 2002 y 2007 el incremento del ingreso laboral por ocupado fue el factor principal del incremento de los ingresos totales, particularmente en los países con mayores reducciones de la pobreza29. Esto significa que una reducción en el empleo podría tener las mismas repercusiones, esta vez a la inversa, en los indicadores de pobreza, la incrementaría. Por último, el impacto por género y edad será desigual en cuanto a que es mayor en estos sectores de la sociedad. Las mujeres y los jóvenes son los más afectados por los cambios en el mercado laboral. Por Ejemplo, la cesantía entre los jóvenes muestra niveles que, en general, duplican y en algunos casos triplican el desempleo nacional. Antes de la crisis, los jóvenes tenían 2,8 veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos. Actualmente se proyecta que el desempleo juvenil de la región se incrementará entre 1,5% y 4,3% entre 2008-200930. La falta de un trabajo digno y de esperanzas para la población joven es uno de los factores que mayor incidencia pueden tener en la desestabilización de los sistemas políticos democráticos. Fenómenos como el de las maras o pandillas juveniles que se expresan principalmente en Centroamérica y México, junto con otras expresiones de pandillas juveniles en el Caribe, están incidiendo de manera directa sobre la seguridad ciudadana y en las altas tasas de homicidios dolosos que se comenten.


La crisis financiera obliga a tomar medidas de emergencia particularmente en lo referido a la protección social frente a la crisis. En ese sentido deberían establecerse políticas especificas para atender al desempleo juvenil y a lograr una mejor inserción de este segmento en las respectivas economías.
El nivel de desempleo y su permanencia en el tiempo se liga directamente con la inestabilidad política. De allí que si no se presta atención adecuada a este problema es probable que se presenten cuadros de tensión política mayores en las diferentes subregiones.

        
4.    Caída del intercambio

El precio de los commodities se ha reducido. Ello hace menos evidente el impacto de la crisis alimentaria que recorrió el mundo, en particular en los países más pobres, en los meses previos a la crisis financiera global. La crisis alimentaria no ha sido resuelta, aún millones de seres humanos en el planeta sufren hambre. En la región latinoamericana también tenemos situaciones de extrema gravedad en países como Haití o algunas subregiones del área Centroamericana. La seguridad alimentaria, como se ha venido señalando, debe ser vista en una perspectiva nacional/regional como forma de asegurar un sustento mínimo al conjunto de la población. Los precios de las materias primas, cuando se restablezca la estabilidad financiera internacional, volverán a subir, de allí que el espacio de tiempo que genera la crisis financiera en este ámbito debe ser usado para desarrollar políticas específicas en relación con la seguridad alimentaria, así como el establecimiento de fondos de estabilización o compensación respecto de las fluctuaciones de los precios de los commodities.

5.    Caída de las remesas

Uno de los efectos más evidentes de la crisis está referido al volumen, monto y periodicidad en el envió de remesas que efectúan quienes migraron, hacia sus familias que quedaron en la región. Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos se han visto afectados por la crisis económica al igual que los estadounidenses, producto del desempleo. También sufren las consecuencias de la crisis en el sector hipotecario. Los trabajadores inmigrantes, en especial los procedentes de México y Centroamérica, muestran una mayor concentración laboral que los trabajadores de origen extranjero nacidos en Estados Unidos en los sectores económicos más afectados por la recesión: el sector de la construcción31. Aún así hay estudios que demuestran que, aunque las remesas que los inmigrantes envían van a disminuir, su disminución será menor que la de los flujos privados de capital y de los flujos por ayuda oficial.

Según el Banco Mundial las principales razones por las cuales las remesas no disminuyen radicalmente en tiempos de crisis económica son: 1) Al representar un pequeño porcentaje de los ingresos de los migrantes, estos pueden seguir enviándolas aún en períodos de crisis; 2) Aún cuando los controles migratorios se hacen más rígidos, las migraciones no cesan, sino que los migrantes optan por permanecer más tiempo en el lugar de destino; 3) Ante la crisis algunos países aumentan el gasto social en infraestructura por lo que necesitan mano de obra; y 4) En los casos en que los migrantes sí retornan a sus hogares traen consigo una acumulación de los ingresos que obtuvieron32.Aunque los anteriores factores posibilitan que siga dándose un flujo continuo de remesas, la cantidad de éstas sí ha disminuido. La baja ha sido mayor de lo que se creía en un inicio. Un estudio realizado en noviembre de 2008 por el Banco Mundial, especulaba que las remesas no caerían considerablemente, mientras que un estudio efectuado en marzo de 2009 afirmó que la reducción de las remesas sería entre un 5% y 8 %. Finalmente, un estudio de julio de 2009 estableció que estas disminuirán entre un 7% y 10%33. Los datos anteriores son reflejo de la gran incertidumbre que existe en relación con la crisis en general y sus efectos en sectores específicos. En el Cuadro 3 se muestra la evolución de las remesas enviadas a América Latina. El aumento que se observa en el cuadro mayoritariamente se atribuye al mejoramiento estadístico de la medición de remesas y no necesariamente refleja la situación real en el envío de las mismas34.

La reducción de las remesas obedece a la pérdida de empleos, la disminución de los ingresos de los migrantes, la desaceleración de las migraciones, así como a la persistencia de las deportaciones35. Cabe profundizar brevemente en dichas razones. Una consecuencia socio-cultural interesante de los períodos de crisis es que estos tienden a exacerbar sentimientos racistas, xenofóbicos y discriminatorios. Se va cultivando mayor intolerancia y sentimientos de rechazo hacia los “otros”. En este caso aumentó la histórica xenofobia hacia los inmigrantes. Esto, aunado asentimientos proteccionistas para con los trabajadores nacionales, provocó que la política migratoria y los controles fronterizos se hicieran más rígidos en Estados Unidos y la Unión Europea. En junio de 2008 el Parlamento de la Unión Europea aprobó la Directiva Retorno, un plan que ha sido ampliamente criticado y considerado como violatorio de los Derechos Humanos. Entre las principales críticas es que prácticamente se equipara a los “inmigrantes indocumentados” con delincuentes y prevé encarcelarlos hasta por 18 meses antes de su expulsión, sin juicio alguno. Estas medidas serían aplicables a personas que ya han vivido y trabajado en la Unión Europea, no sólo a los nuevos migrantes. Las personas repatriadas no podrían volver a la Unión Europa por un período de al menos 5 años. El proteccionismo migratorio no es del todo deseable en el largo plazo pues los negocios en períodos de crisis buscan más bien flexibilizar medidas a la hora de contratar y reducir costos de personal. En términos comparativos, los trabajadores inmigrantes tienden a ser más flexibles y trabajar por menores salarios que los nacionales. Además, muchos de los inmigrantes desarrollan los trabajos que los nacionales no desean hacer, por lo que el trabajo de los inmigrantes es aún más necesario. Aunque no logran detener completamente las migraciones, los controles migratorios han tenido un efecto negativo en el envío de remesas por la intensificación de las medidas de seguridad en las fronteras y las continuas redadas de las autoridades que dificultan el envío de estas36. La mayoría de los migrantes procuran no retornar, sin embargo por las dificultades económicas han tenido que recurrir a medidas alternativas. Primero, muchos han reducido sus gastos. Segundo, se han traslado de residencia o han buscado trabajos en otros sectores. Tercero, han recurrido a sus ahorros para no detener el envío de remesas. Cuarto, los “reverse remittances” que consiste en que los familiares de los inmigrantes las giran con tal de que se mantengan en EE.UU o Europa. Envían dinero obtenido por la venta de activos que tienen en sus países de origen y, en los casos más extremos, venden sus casas y el resto de la familia también emigra37. Todas estas medidas las toman, entre otras cosas, porque las condiciones de vida siguen siendo peores en su país de origen pese al impacto de la crisis económica. Aunque existen distintas estrategias de los migrantes para enviar dinero a sus países de origen, las remesas han disminuido, lo que tendrá efectos socio-económicos negativos en los países latinoamericanos. Según un estudio del SELA “en 2009 se destaca que casi un millón de personas no podrán remitir dinero; que sólo 40 por ciento de quienes están desempleados continuarán enviando remesas, y que 25 por ciento de los que tienen empleo remitirán 10 por ciento menos del monto que enviaban.”38.  Lo anterior significa que familias vulnerables en la región están dejando de recibir la ayuda que envían sus familiares o bien reciben un menor monto del que habían recibido en periodos anteriores. Esto reduce el consumo familiar y con ello se afectan los circuitos de mercados a los cuales estas remesas se encontraban asociadas. También, inciden en la forma en que, en la actualidad, muchas empresas visualizan el futuro de este negocio, en especial su bancarización. Nuevamente, el impacto será desigual por países. Los más afectados son las naciones que más dependen de las remesas como México, El Salvador, Guatemala, Haití, República Dominicana y Ecuador39. Además, gran proporción de la disminución en las remesas está concentrada en los países en los que estos flujos de dinero representan un porcentaje significativo del Producto Interno Bruto40.
Ante la mayor rigidez de las políticas migratorias y la disminución en el envío de remesas, los países latinoamericanos han dirigido su atención a la problemática. En la XI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Mecanismo de Tuxtla (2009) en Guanacaste, Costa Rica, los mandatarios reiteraron el compromiso de combatir y prevenir el tráfico ilícito de inmigrantes y la trata de personas, pero también reiteraron que las soluciones para el problema de la migración se deben basar en el trabajo conjunto, no unilateral, entre las distintas regiones con base en el principio de responsabilidades compartidas41.


                                                                                               CONTINUARA…

 COMPILADORES: FRANCISCO ROJAS ARAVENA, CARLOS GERARDO MORALES OLIVERA Y ALBERTO GAMBOA RAMIREZ


BIBLIOGRAFIA

23  CEPAL. Estudio económico de América Latina y el Caribe 2008-2009. Santiago, Chile, CEPAL, 2009. pp. 17-18.
También disponible en: www.eclac.org. y CEPAL, Balance preliminar de las economías de América Latina y el
Caribe 2008. Santiago, Chile, CEPAL, 2009. pp. 22-23. También disponible en: www.eclac.org
24  CEPAL. Estudio económico para América Latina y el Caribe 2008-2009. p. 13.
25 CEPAL. Panorama social de América Latina 2008. p. 4.
26 Organización Internacional del Trabajo (OIT). Unemployment trends 2009 (may update). p. 15.
En: www.ilo.org
27  CEPAL, Panorama social de América Latina 2008. p. 25.
28  Organización de las Naciones Unidas (ONU). Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe 2009. p. 10. En: www.
29  FMI, World Economic Outlook. Crisis and Recovery, abril 2009.
30  OIT, Panorama laboral 2008.
31  Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA). Recesión global, migraciones y remesas: efectos
sobre las economías de América Latina y el Caribe. Secretaria Permanente del SELA, Caracas, Venezuela, mayo
2009.
32  Ratha, Dilip, Mohapatra, Sanket y Xu, Zhimei. Migration and Development Brief 8. Banco Mundial, noviembre
2008, p. 12. Disponible en: http://siteresources.worldbank.org/INTPROSPECTS/Resources/
33  4934-1110315015165/MD_Brief8.pdf
33  Ratha, Mohapatra y Xu. Migration and Development Brief 8. p. 7; Ratha, Dilip y Mohapatra, Sanket. Migration
Development Brief 9. Banco Mundial, marzo 2009. p. 1. Disponible en: http://siteresources.worldbank.org/
INTPROSPECTS/Resources/MD_Brief9_Mar2009.pdf; y Ratha, Dilip, Mohapatra, Sanket y Silwal, Ani. Migration
and Development Brief 10. Banco Mundial, julio 2009. p. 1. Disponible en: http://siteresources.worldbank.
org/INTPROSPECTS/Resources/334934-1110315015165/Migration&DevelopmentBrief10.pdf
34 SELA, Recesión global, migraciones y remesas, p. 13.
35 SELA, Recesión global, migraciones y remesas, p. 4.
36 SELA, Recesión global, migraciones y remesas, p. 11.
37 Ratha, Mohapatra y Silwal, Migration and Development Brief 10, p. 4.
38 SELA, Recesión global, migraciones y remesas, p. 4.
39 Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Crisis response in Latin America: is the “rainy day at hand”. p. 10.
En: www.iadp.org
40 Orozco, Manuel. “Understanding the continuing effect of the economic crisis on remittances to Latin America
and the Caribbean.” En: Inter-American Dialogue, 10 de agosto de 2009. En: www.thedialogue.org
41 XI Cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla. Declaración de Guanacaste-Guanacaste, Costa
Rica. 29 de julio de 2009.

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