 |
Esta foto de peruanas felices en el marco del festival "Canto a la vida" en 1983 le dio la vuelta al mundo.
|
Muchas felicidades mujeres del mundo (y hombres afortunados que las tienen)
Hoy es una fecha ideal para reflexionar con
madurez acerca de nuestra percepción y trato sobre y para con el genero
femenino; que por fortuna y para bien de las sociedades en el mundo, hoy por hoy ya no es el mas débil.
Ante todo tenemos que hacer un reconocimiento a
la mujer por su entrega y compañía incondicional en la vida de todos los hombres;
tanto los triunfadores como los que han tocado fondo en la peor de las
miserias; después hagamos una escala en sus logros y aceptemos que su
inteligencia es la mejor y mas clara razón para sus exigencias de equidad.
La mujer históricamente ha representado la
sumisión y docilidad ante la imagen masculina, fuerte y poderosa por origen; su
disposición a lo suave y delicado la hace UNICA EN SU GENERO, y aunque la
diversidad sexual impone ahora nuevas tendencias y aceptaciones sociales, su
figura siempre será indiscutiblemente propia por naturaleza; de ahí el hecho de
festejarlas hoy en virtud de todos y cada uno de sus logros.
Hace muchos años, en 1911 para ser exactos se
empezó a conmemorar el festejo y fue
hasta 1977 que la ONU declaro el día 8 de marzo, como el Día Internacional de la Mujer; en honor a la activista rusa Alexandra Kollonta, quien lograra
instituir esa fecha como conmemorativa para su país después de su revolucion; declarando
sus derechos indiscutibles como un estandarte de raciocinio e igualdad,
dirigido a los individuos que interactuamos con ellas y representando al unísono
su voz, en beneficio de su protección, cuidado y atención constante.
Son tantas las cosas que tenemos que celebrarle
a la mujer que enunciarlas sería casi eterno, pues en todas las vertientes de nuestras
vidas tienen incidencia; desde que nacemos, hasta que procreamos (o adoptamos);
su esencia forma parte de nosotros hasta que morimos, y durante nuestra vida
(hablando específicamente de los hombres) son el máximo objetivo por alcanzar,
pues todas y cada una de nuestras acciones siempre van encaminadas
inconscientemente a agradar al sexo opuesto.
Dentro del plano socio-laboral, la mujer ahora
es pieza clave para el desarrollo de cualquier esquema, profesional o de mano
de obra; su incorporación al aparato productivo global ha ido en constante
ascenso y solo por mencionar un dato, el ultimo censo nacional de población
arrojo datos impresionantes con respecto a niveles de empleo por parte del
genero femenino, pues la tasa ocupacional al inicio de la década de los 80’s
estaba casi 2000% debajo de la actual. En estos días el potencial y aplicación
intelectual femenino desde las aulas escolares, pasando por talleres, laboratorios
y sector empresarial, se ha ido equilibrando con el flujo masculino constante e
histórico que satura la escena laboral.
Gracias a esa aplicación y constancia, la mujer ha
contribuido a la construcción de un aparato socio-económico confiable, apta para
mantener el equilibrio entre lo convencional y lo necesario; ya que por un lado, en un empleo lo convencional seria tener un moderador rudo y eficaz; y necesario significaría
incluir o aceptar a una mujer, que por sus aptitudes demostrara ser igual o
mejor que un varón para desempeñar esa misma tarea. También convencional es que el
jefe de familia sea quien provee al hogar y lo respalde, pero lo necesario se hace presente
cuando una madre soltera tiene que buscar empleo para sobrevivir y llevar ese rol.
La mujer como emblema de la familia, deja de
lado cualquier apreciación especial o atípica de lo femenino; si bien es cierto
que las hay de todo tipo, de diversas ideologías, gustos y humores; el
observarlas desde el plano maternal les otorga un aura que provoca respeto y
admiración, mas aun si esta condición se lleva a cabo en ambientes de
adversidad o carestía. El tener MADRE, como burda pero atinadamente se
aplica al decir “no tenerla” y demostrarlo así, sin honor ni respeto por nada;
concuerda con el sentimiento propio de imponer una ideología basada en el
respeto a lo propio, a lo ajeno y a lo impropio (que puede ser ajeno o propio
también); concebir el tenerla, aun a pesar de no serlo, diferencia al hombre
sensible del común, pues lo hace medir la consecuencia de sus actos amparado en
el respeto por la figura materna.
Por eso en una sociedad pensante que interactúa
diariamente entre ambos géneros, no hay cabida para la discriminación ni el
bloqueo; las mujeres se han ganado su presencia en todos los espacios a pulso
con esfuerzo y dedicación.
Hoy 8 de marzo no solo felicitemos a las damas
que nos brindan desde su compañía hasta su servicio, también hagamos un
homenaje a su entrega constante y fortaleza a toda prueba; recordemos a
aquellas que ya no están pero que nos dejaron un legado de humanidad como
Teresa de Calcuta, de ciencia como Marie curie, de misticismo como María
Sabina, de lírica como Sor Juana Inés de la cruz, de cultura como Ana Pavlova,
de valor como Juana de arco o de amor como Santa María, siempre virgen; entre una plèyade de ejemplos y nombres.
La mujer ha estado, está y estará en el mundo
hasta el fin de los días, siempre generando vida y suavizando la rigidez de los
hombres con su delicada presencia, con su dulce y convincente tono.
Hoy hagamos conciencia sobre nuestro actuar
diario con ellas, recordemos que aunque muy trillada que parezca, la consabida
frase “de una mujer venimos”, es la mas cierta de todas las aseveraciones hechas
por y para el hombre; pues nos formamos en su vientre y llegamos al mundo por
su conducto, para crear con ellas la máxima institución social que es la familia.
Consideremos la ventaja física que tenemos y ostentamos como hombres, para
construir un entorno perfecto de convivencia con ellas y no para destruir su
auto estima con violencia, aunque esta sea mínima, verbal o psicológica.
Hoy y siempre tengan grandes días, felicidades a todas.
Por
Gerardo Morales
PROPIEDAD INTELECTUAL: TODOS LOS TEXTOS SON ORIGINALES DE CARLOS GERARDO MORALES OLIVERA
IMÁGENES: CORTESÍA DE GOOGLE DOCS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario