lunes, 21 de mayo de 2012

ACTITUDES Y NUMEROS: El valor encuestador





¿QUIEN DICE ESTA BOCA ES MIA?



No obstante el giro que han tomado las campañas luego de las reflexiones derivadas del primer debate entre “nuestros” candidatos presidenciales (“nuestros”  aunque no gustemos de sus propuestas o simplemente seamos apolíticos o apartidistas; pero propios por encontrarse compitiendo en nuestro país por sus destinos y que lógicamente al vivir en el nos impactan y por sujeción prepositiva se adhieren a nosotros y nuestras expectativas como una lapa indeseable), las cosas no parecen cambiar mucho de enfoque, aunque si amplifican el análisis y la perspectiva de quienes estamos atentos a su accionar.


Después de haber transcurrido varios días de estancamiento verbal y detractor por las supuestas derrotas y triunfos partidistas en el debate (todos ganaron, pero para todos los demás perdieron); los asuntos de fondo en el país parecen seguir olvidados en las respectivas agendas de quienes aspiran a dirigir la nación mexicana.


Por un lado el Partido Acción Nacional, reactiva su ataque basado en el demérito y de paso emprende una luchas sostenida con el candidato más rezagado, el Ingeniero Gabriel Quadri y su camarilla impulsada por las huestes de Elba Esther Gordillo; en esta ocasión el argumento de la candidata panista no aporta nada al clima electoral, pues a pesar de ser bien conocida la estrategia panalista de “estorbarle” al partido en el poder para que no consume su tercer mandato al hilo, el discurso detractor es el mismo y ya no surte el efecto que quisiera sobre todo en el sector magisterial.


La Lic. Josefina Vázquez Mota, requiere de un verdadero milagro para revertir la ahora verdaderamente poca atracción hacia el núcleo intelectual y pensante del país, pues su base ideológica solo se conforma de personas sin experiencia con muy poca perspectiva histórica (pues le echan la culpa de las desgracias nacionales al partido que estuvo en el poder por más de 70 años sin conocer datos exactos ni responsabilidades compartidas en las cuales sus respectivos líderes partidistas también estuvieron coludidos, ya que el poder legislativo no es propiedad de ningún partido), y sí con mucha ambición e intención de ser vistos y figurar en los primeros planos de sus filas.


En la medida de que el PAN no logre encauzar el potencial de sus jóvenes impulsores, estos no generaran confianza en sus sectores mas desconectados, como lo serían las etnias y la gente del campo; estos sectores son más susceptibles a detectar frivolidades al interior de sus líderes y a causa de la gran campaña desarrollada en pro de la desconfianza hacia el PRI, estos no consideraron haber creado un monstruo que también estaría pendiente de ellos.


En ese sentido, la estrategia de campaña de doña Josefina, radica en la fuerza juvenil que no solo exhibe, acuerpa y potencializa su figura, sino que además tiene incidencia en los contenidos, enfoques y líneas publicitarias que rodean la imagen de la candidata, los cuales honestamente han fallado o no le han funcionado como ella quisiera. Los resultados están en los números de las encuestas, estos no se han movido de manera importante.


El Sr. Enrique Peña Nieto, virtual ganador del debate (insisto; mi perspectiva no es partidista, es apolítica totalmente; pero ante mi visión reflexiva, quien no ganó pero tampoco perdió el debate fue el PRI, pues los costos pudieron haber sido enormemente mayores), sostuvo la primer semana posterior al encuentro bajo un perfil de conciliación y seguro hacia la estrategia utilizada; a pesar de haber caído en la jugada panista de “desvío intencional”, pudo resurgir ante la opinión pública proyectando una alternativa de respuesta a las acusaciones de incumplimiento vertidas por su homóloga; el abrir una página que ventilara los casos propuestos por el PAN en su contra y atendiera tanto a adeptos como contrarios en la revisión de los mismos fue un acierto enorme; el error fue no medir el impacto de su presencia en entornos capitalinos en los cuales gracias a la diligencia (sobre todo antigüedad en los espacios públicos y de interés social como las escuelas o parques) y control de las autoridades perredistas era fácil intuir que sus actos pudieran ser inducidos o boicoteados; como le ocurrió en algunas instituciones  y campus universitarios del área metropolitana.


La razón sustancial por la cual estudiantes de clara extracción perredista impidieran la libre (y por derecho) ponencia del candidato priista se debió más al liderazgo exacerbado y tergiversado con tintes personales de interés político de algunas figuras clave en las bases académicas, que a un verdadero encono estudiantil; mientras tanto la gente común y corriente recibe la información deteriorada y al gusto de los interesados. Ahora se han sumado entornos educativos (todos capitalinos) a favor de un movimiento social que se autodenomina "apartidista"; artilugio barato e insensato de quienes dicen representar a la "mayoria" estudiantil, pues su esquema represor hacia una militancia específica en tiempos de "libre y equitativa campaña", los convierte en antagonistas de quien reprimen.


Era más fácil pensar que después de tal recibimiento los números favorables de Peña Nieto se desplomarían y sin embargo, después de la intervención y análisis de varios expertos politólogos (incluso contrarios a su facción partidista), se llegó a la conclusión de que lejos de afectarle; la represión de que fue presa el candidato priista lo termino martirizando; una muestra clara, lo es la inamovilidad de las encuestas.


En el caso del amoroso y contradictorio Andrés Manuel López Obrador, era de suponerse que luego de su desatinada participación en el debate (pues le fue mal hasta en sus elementos de apoyo, ya que dejó en claro que no tiene una dirección lógica en sus argumentos y propuestas; como la foto que mostró), repunto algunas decimas en proporción a su lucha por el segundo lugar con la abanderada panista; sin embargo su discurso (ahora incluyente) no aporta anda al interés nacional y sí descubre una intención engañosa de nobles pretensiones, pues a pesar de que han sido claros los señalamientos sobre su relación con  personajes “non gratos” para la sociedad mexicana, este no ha podido (ni querido) desmarcarse de ellos, contradiciendo la lógica de sus planteamientos “honrados” y austeros.


Su plataforma política parece tambalearse y sostenerse por momentos a base de las mismas descalificaciones y en medio de la óptica descompuesta y poco solidaria de varios miembros de su partido; sus números ascendieron la primera semana posterior al debate, pero en los últimos días no hubo cambio alguno.


El ingeniero Gabriel Quadri luego de su destacada participación y “comida de mandado” en el evento mencionado, fue prácticamente idolatrado por las editoriales periodísticas durante la semana posterior y parte de la segunda; pero el efecto manipulador de los medios y una perspectiva quisquillosa que le atribuía el triunfo total del debate por encima de los candidatos mejor posicionados, hirió la susceptibilidad de la candidata panista y fue el “sparring” obligado en sus últimas intervenciones-descalificaciones acostumbradas.


Como es de saberse la extracción de este candidato, a pesar de la brillantez de sus ponencias (la cual muchos le atribuyen a su experiencia en aulas), no propone nada concretamente, pues su intención (que no es la de ganar la presidencia de la república), es solamente captar votos y servir de comparsa eventualmente a quien le maquinó su postulado presidencial.


Su posición frente a las encuestas fue la más destacada pues ascendió más de medio punto porcentual real y a quien se lo arrebató fue a Peña, ya que la proporción porcentual del universo encuestado así lo refleja, pues la incidencia de los otros candidatos incide en ellos mismos y sus números.


Como habremos visto, la situación que prevalece en la mentalidad del mexicano promedio es casi la misma que antes del debate, los números de las encuestas, son diversos y favorecen a quien las paga en relación con la congruencia y la realidad prevaleciente; por lo que podemos ver cómo a pesar de las especulaciones que hace cada uno de los responsables mercadológicos de cada partido sobre los ascensos de sus candidatos y la baja de sus contrincantes, no hay una tendencia general que censure los resultados a la fecha. Lo interesante aquí es encontrarnos ante un escenario de descalificación cuando los numeros no le favorecen a determinado partido y no se aceptan los resultados; camino que parecen estar tomando los próximos comicios.


Es muy probable que con la cercanía de las elecciones los números vayan tomando otra forma y cauce, aunque por la seguridad y desconfianza fluctuantes en torno a las encuestas y sus casas, no esperemos que haya satisfacción total al surgir un ganador; veremos qué pasa en la segunda vuelta.




Por
Gerardo Morales





PROPIEDAD INTELECTUAL: TODOS LOS TEXTOS SON ORIGINALES DE CARLOS GERARDO MORALES OLIVERA







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