VIII.
RECOMENDACIONES DE POLÍTICAS
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Las consecuencias que se
prevén de la crisis, financiera global y de la conjunción de esta con otras
crisis, permite asegurar que tendremos importantes limitaciones al desarrollo
humano y que aumentarán las amenazas a la seguridad humana, en un contexto de
tensiones en los sistemas políticos democráticos que en algunos casos pondrán
en juego la gobernabilidad y de convivencia democrática.
Recuperar la Política es
esencial. Cada uno de los debates sobre macro economía, reformas a la
institucionalidad, los diseños de una nueva arquitectura financiera y global no
son sólo debates técnicos, son esencialmente debates políticos. Ellos se ligan y
se entrelazan directamente con las visiones del desarrollo que surgen de cada país
y de cada subregión. Por otra parte, y reafirmando lo anterior, los consensos y
los acuerdos que se adopten en el G20, en las instancias de Integración
regional o en Naciones Unidas significan impulsar y promover el multilateralismo,
así como el forjar un sistema de reglas en las cuales los países de la región
puedan ser parte de quienes las promueven, impulsan y acuerdan.
Todo lo
anterior reafirma la necesidad de respuestas políticas nacionales, regionales y
globales. Se deben interconectarlas agendas y resultados de las iniciativas
integracionistas entre estas y con los diseños de la nueva arquitectura global.
Además, América Latina y el Caribe deben proyectar una posición común en los
bancos de desarrollo, en el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y
la ONU, si la región quiere incidir en el sistema internacional global.
Con el fin de diseñar e
implementar políticas públicas se debe promover un diálogo de expertos
gubernamentales, de académicos y de la sociedad civil para generar un intercambio
de distintas visiones y proyección de escenarios. Se deben construir foros de
diálogo político en un amplio abanico de actores (gobiernos, empresarios, sindicatos,
ONGs, OSC y académicos) desde donde se podrán construir los consensos básicos y
desarrollar una significativa voluntad política. La desconfianza interpersonal y
entre los líderes es uno de los grandes problemas de América Latina yel Caribe.
En este sentido, se debe contribuir en el fortalecimiento de la confianza recíproca
entre los líderes de la región y del diálogo de estos con sectores fuera de la
región.
Lo que sucede en el ámbito
del desempleo afecta directamente sobre los niveles de pobreza. Para enfrentar
la situación del desempleo se deben apoyar las acciones de la Organización
Internacional del Trabajo en este campo. En la Cumbre de la OIT sobre la crisis
mundial del empleo que tuvo lugar el 19 de junio de 2009 se aprobó el Pacto mundial
para el empleo. Una de las principales decisiones tomada en esta Cumbre fue la
necesidad de limitar el riesgo del desempleo y la extensión del empleo informal
por medio del impulso a la demanda de trabajo y el mantenimiento de los niveles
salariales. Además, promueven ayudar a las personas que buscaran trabajo
mejorando sus competencias, aumentando los recursos a disposición de los
servicios públicos de empleo, poniendo en práctica programas de formación profesional
y de desarrollo de competencias empresariales83.
Sugiere la OIT, en el corto
plazo, crear empleos de carácter temporal, programas de obras públicas y otros
mecanismos de creación directa de puestos de trabajo que incluyan a la economía
informal, así como la ampliación de la cobertura de los seguros de desempleo y
sus beneficiarios potenciales (seguros de desempleo no contributivos). También
se debería ampliar la duración y cobertura de las prestaciones de desempleo.
En dicha Cumbre, uno de los
grandes énfasis estuvo en los sistemas de protección social. El concepto de
régimen básico de protección social exige que los países que no cuentan todavía
con una extensa seguridad social instauren “una protección social adecuada para
todos, sustentada en un régimen básico de protección social(piso social) que
incluya el acceso a la atención sanitaria, la seguridad del ingreso para los
ancianos y las personas con discapacidad, las prestaciones por hijos a cargo y
la seguridad del ingreso combinada con sistemas políticos de garantía del
empleo para los desempleados y los trabajadores pobres”84. El régimen de
protección debe incluir dos elementos. Primero, el acceso geográfico y
financiero a los servicios esenciales, y Segundo, un conjunto básico de
transferencias sociales esenciales pagadas a la población pobre y vulnerable.
El nivel de prestaciones debe garantizar un mínimo acceso a alimentos básicos y
servicios esenciales85.
También es imperativo
mejorar la calidad de inserción laboral de amplios sectores de la población, lo
que significa garantizar salarios suficientes, contratos estables, condiciones
de trabajo seguras, acceso a los sistemas de salud y afiliación, y aporte a los
sistemas de previsión social.86 En todo momento se debe asegurar la protección de
los derechos de los trabajadores, fácilmente violables en contextos de escasez de
trabajo.
La disminución de las
remesas es otro de los grandes problemas. Lo que suceda con las remesas está en
relación directa con las políticas migratorias, por lo que en este aspecto, la
promoción del diálogo interregional y del diálogo de la región con EE.UU. y la
Unión Europea es de suma relevancia para evitar el proteccionismo migratorio en
los principales lugares de destino de los migrantes latinoamericanos.
Ello previene adicionalmente
a evitar violaciones a los Derechos Humanos. La reducción de la oferta de
crédito es otra consecuencia de la crisis financiera mundial. Esta consecuencia
afecta a todas las personas y empresas, pero principalmente a las pequeñas y
medianas empresas, usualmente no consideradas “sujetos de crédito” en la Banca
Privada. En este escenario se deben promover Bancos de Desarrollo y el
otorgamiento de micro créditos para estos sectores. En la Banca de Desarrollo
debe privilegiarse la búsqueda del bienestar socio-económico de la población y
no únicamente la rentabilidad de las operaciones bancarias.
La crisis afecta a todos,
pero de manera desigual, por lo que las políticas deben tomar en consideración
los grupos más vulnerables. Todos los países deberían ayudar a estos grupos por
medio de una combinación de medidas de apoyo a los ingresos, desarrollo de
competencias laborales y respeto del derecho a la igualdad y del derecho a la
no discriminación. Se deben generar ideas y diseñar programas de protección
para los sectores más afectados a través de políticas promocionales, dirigidas a
eliminar prácticas de asistencialismo. Se deben crear programas que incidan en
las causas—y no sólo en los efectos—de la pobreza, asignando instrumentos más
fuertes a los sectores más débiles en el marco de una estrategia de desarrollo sostenible
con amplia participación ciudadana.
Las políticas implementadas
deben ser intersectoriales e interinstitucionales con la participación de los
gobiernos, las municipalidades, ONGs y organizaciones internacionales que
tengan un estrecho vínculo con la cooperación comunitaria y para el desarrollo.
Dichas políticas también deben tener como ejes la promoción de la autogestión y
la solidaridad comunitaria para que sus beneficiarios también sean actores
activos en la búsqueda de su mayor bienestar socio-económico.
Algunas recomendaciones de
políticas a implementar son las siguientes:
a) Promover estrategias y
acciones que mejoren la salud y educación en mujeres, jóvenes, niños(as) y, en
particular, las comunidades indígenas y afro descendientes.
Al señalar a la educación,
la formación secundaria y técnica se convierte en prioridad. Mejorar la calidad
de la educación secundaria y técnica contribuye con un mejor acceso de los
jóvenes a empleos de mayor productividad. En esta misma línea, se deben
promover políticas para que los padres puedan retener a sus hijos en el sistema
educativo durante la crisis.
b) Contribuir en la
prevención y eliminación de toda forma de violencia es esencial para la
convivencia democrática. La discriminación contra las mujeres, jóvenes, niños(as)
e indígenas es la base desde la cual se producen situaciones de exclusión y
violencia. Mejorar los sistemas de inclusión es fundamental. Ello asegura la
cohesión social.
c) Creación de políticas
públicas que promuevan el acceso de estos grupos a los procesos de toma de
decisión y espacios de poder en la vida pública y política, lo que garantiza
más y mejor democracia.
d) Ampliación en la
cobertura, así como de la calidad de los servicios públicos es esencial para
reforzar la democracia y mejores niveles de convivencia y armonía en las
sociedades.
e) En el corto plazo,
ampliación de los beneficiarios de las transferencias sociales para limitar las
consecuencias de la crisis en los grupos más vulnerables.
Las políticas públicas
anteriores, relacionadas con los grupos más vulnerables son esencialmente las
mismas: acceso a las oportunidades que mejoren su calidad de vida, igualdad de
oportunidades ante los derechos económicos, sociales y políticos, mayor equidad
en la distribución de la riqueza y respeto a la diversidad.
Se deben complementar
adecuadamente las políticas de corte universal con las políticas selectivas. La
idea de la selectividad se desarrolla conforme se va superando la perspectiva
del derrame como efecto subsidiario de la política económica sobre el campo de
lo social. Se usa para diferenciarse de la política universal y de la idea de
impacto puntual que acompaña a la idea de focalización. Antes separadas, ahora se
busca que ambas políticas (universales y selectivas) sean parte de una misma estrategia,
que permita que la acción de las políticas selectivas facilite el “enganche” de
sus beneficiarios a las políticas universales87.
Además, las principales políticas
deben ser de carácter integral y holístico. Esto con el fin de que el impacto
de esas políticas logre cambiar las características estructurales de la región,
y no sólo los efectos de la coyuntura actual de crisis económica.
En el desarrollo de las políticas
públicas es esencial la participación de la sociedad civil, y en especial, de
los beneficiarios de las políticas. Estos grupos se deben constituir en actores
activos del proceso, no únicamente receptores de las medidas.
También es necesario crear
sistemas e instituciones de seguimiento y monitoreo sobre las metas alcanzadas
en cada rubro. Debe haber una constante retroalimentación entre los
beneficiarios de las medidas y los generadores de políticas públicas para
asegurar el impacto deseado de cada una de las políticas.
Las decisiones de política
económica y políticas sociales, nacionales y regionales, así como la
construcción de una nueva arquitectura internacional trascienden los aspectos meramente
técnicos, los debates son principalmente de carácter político. En este sentido,
es necesaria una respuesta política nacional, regional y global. Para ello se
sugiere
a) Promover un diálogo de
expertos gubernamentales, académicos y de la sociedad civil. Intercambio de
visiones prospectivas.
b) Construir mesas de diálogo
político entre los diversos actores: gobiernos, empresarios, sindicatos, ONGs y
académicos.
c) Seguimiento y monitoreo
para el cumplimiento de las metas y tareas propuestas. Construcción de
mecanismos institucionales para tal efecto.
d) Promover agendas de
acción con impactos en la reactivación económica y en la concertación
macro-económica regional.
e) Generar ideas y diseñar
programas de protección para los sectores más vulnerables.
f) Interconectar agendas y
resultados de las iniciativas integracionistas.
g) Reafirmar la democracia
para la construcción de democracia.
La crisis es el resultado de
un mundo sin normas, por lo que en el futuro América Latina y el Caribe deben
diseñar una mirada global y una visión común basada en lazos de cooperación y
solidaridad entre los distintos países. Se deberá superar la histórica
desconfianza entre los líderes de la región ya que la confianza política es uno
de los activos principales para superar la crisis. Y para lograr la creación de
políticas públicas efectivas ante la crisis, la recuperación de la política es
esencial.
COMPILADORES:
FRANCISCO ROJAS ARAVENA, CARLOS GERARDO MORALES OLIVERA Y ALBERTO GAMBOA
RAMIREZ
BIBLIOGRAFÍA
82 Lagos, Ricardo. “Las dimensiones políticas
de la crisis mundial: una perspectiva europea.” Informe final.
Barcelona, 26 de marzo 2009.
83 OIT, “Para recuperarse de la crisis:
Un Pacto Mundial para el Empleo”. Resolución aprobada en la Conferencia
General de la Organización
Internacional del Trabajo, 19 de junio de 2009.
84 OIT, ¡Las políticas de seguridad
social cuentan! No. 1. Agosto 2009. p. 2.
85 OIT, ¡Las políticas de seguridad
social cuentan! No. 1. Agosto 2009. pp. 4-5.
86 CEPAL, Panorama social
de América Latina 2008, p. 32.
87 García, Ana Isabel. “La paciencia de
los pobres. Políticas sociales e integración en Centroamérica.” En: Altmann,
Integración y cohesión
social, p. 93.
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