¿HACIA QUIEN VAMOS?
A
petición de algunos amigos y conocidos, empresarios todos ellos de mi
localidad, recreo este ejercicio de “esquematización sistemática” , en torno a
su actividad comercial y bajo la distribución aplicada de sus
productos (entre bienes y servicios); todo esto como una muestra de que a pesar de desconocer (en algunos
casos) el escenario que rodea su empresa desde su planeación y a través de la
organización de sus elementos, es posible aplicar una serie de procedimientos
que garanticen el flujo de las ventas.
Como
el mundo de los negocios esta diversificado de tal forma en que los empresarios
completos y en ciernes, ligan toda expectativa clientelar ( y si tiene recursos
la echan a andar) al panorama que puede llegar
a exhibir determinado medio y bajo circunstancias imprecisas; analizando la investigación de algunos expertos en el contenido de
sus textos, se entiende la razón intrínseca de aplicar toda una metodología
para este fin y en todo su contexto; es decir formalizar la relación de todos los
procesos que se derivan de una práctica comercial.
Es
casi seguro que todo cliente antes de decidir su compra, tendrá que analizar
(muchas veces incongruentemente) las expectativas que tiene para cumplir su
satisfacción; como existe una variedad infinita de comportamientos, a cada
persona le sobreviene una idea particular sobre lo que aprecia, desde su vista,
tacto, olor, sabor u olor; bajo esto se tiene que practicar en la definición
plena de un producto; su costo, acceso proporción e imagen.
Por
lo tanto el sentido que se tenga de la distribución puede marcar la pauta en el
desarrollo de una transacción en cuanto a su cobertura, precisión y
satisfacción total.
Para que las ventas de una
empresa se produzcan no basta con tener un buen producto, a un buen precio y
que sea conocido por los consumidores, sino que además, es necesario que se
encuentre en el lugar y momento adecuados para que ese producto sea accesible
al consumidor
(Cruz Roche, 1991, p. 250).
Además,
la separación geográfica entre vendedores y compradores hace necesaria una
función que acerque los productos desde los lugares donde son fabricados hasta
los lugares donde son consumidos. Desde este punto de vista, la distribución
comercial se puede definir como la función o instrumento del marketing que
relaciona la producción con el consumo y cuya misión es a palabras de un
estudioso de la materia: poner el
producto a disposición del consumidor en la cantidad demandada, en el momento
en que lo necesite y en el lugar donde desee adquirirlo, desarrollando, además
un conjunto de actividades como pueden ser las de información, promoción y
presentación del producto en el punto de venta a fin de estimular la compra por
parte de los consumidores (Santesmases,
1999, p. 509).
La distribución comercial, al
encontrarse entre la producción y el consumo, va a crear utilidades a los
consumidores y servicios a los productores. La distribución crea al consumidor
utilidad de lugar, de tiempo, de forma y de creación de surtidos y de posesión (Vázquez y Trespalacios, 1997, pp. 28, 29)
A
continuación enunciaré las utilidades a cubrir en una sana distribución:
Utilidad
de lugar. Es creada por la distribución comercial mediante el transporte de los
productos desde los lugares de producción hasta los de consumo, y también
mediante la existencia de suficientes puntos de venta próximos al lugar donde
el consumidor necesite el producto.
Utilidad
de tiempo. La distribución comercial pone el producto disponible en el momento
en que el consumidor desea consumirlo. Para ello, el distribuidor comercial
deberá almacenar el producto en los almacenes o en las estanterías de los
puntos de venta a la espera del momento en que el consumidor lo solicite,
evitándole de este modo que tenga que comprar y guardar grandes cantidades de
producto para su posterior consumo.
Utilidad
de forma y de creación de surtidos. La distribución comercial adapta el
producto comercializado a las necesidades de los consumidores. Por otra parte,
la producción tiende y debe tender hacia la especialización para ser más
eficiente, mientras que el consumo tiende a la complejidad, de tal forma que la
distribución comercial creará surtidos de productos ajustados a las necesidades
del consumidor para que pueda adquirirlos conjuntamente.
Utilidad
de posesión. Finalmente, con la entrega de la cantidad de producto solicitada
por el consumidor, la distribución comercial contribuye a crear utilidad de
posesión, ya que para que el producto genere utilidad al cliente es necesario
que adquiera la propiedad o la posesión del mismo y pueda consumirlo.
Estas
utilidades creadas por la distribución comercial para los consumidores tienen
una relación directa con los servicios que crea la distribución comercial para
los productores.
Estos
servicios serían de transporte, almacenamiento, “finalización del producto”,
información, financiación y asunción de riesgos, veamos más a fondo:
Servicios
de transporte. La distribución comercial transporta los productos desde la
fábrica hasta los puntos de venta. Esto se debe a que las actividades
productivas se encuentran concentradas en localizaciones donde pueden obtener
mejores ventajas de oportunidad (por ejemplo, en mano de obra, materias primas,
tecnología, terrenos, etc.) mientras que los consumidores se encuentran
concentrados en grandes ciudades o en pequeñísimas poblaciones.
Servicios
de almacenamiento. La distribución comercial almacena los productos después de
que salen de la cadena de fabricación, y por tanto, el productor no debe
preocuparse por problemas de almacenamiento de stocks. Además, se debe tener en
cuenta que el ritmo entre producción y consumo es distinto: la producción sigue
un ritmo discreto, es decir, se produce cuando las condiciones son más
ventajosas, mientras que el ritmo del consumo es continuo, de tal forma que la
distribución se encargará de almacenar los productos para cuando el consumidor
los solicite.
Servicios
de "finalización del producto". Estos servicios incluyen el
fraccionamiento, la clasificación, la normalización, la presentación (envase,
empaquetamiento), etc., y son creados también por la distribución comercial.
Servicios
de información. La distribución comercial informa al productor o fabricante
sobre determinados aspectos relevantes, como pueden ser precios, calidades,
cantidades, establecimiento de contactos, etc. Esta información es muy valiosa
para el productor, ya que la distribución comercial está en contacto constante
con el consumidor conociendo de manera más próxima sus necesidades.
Servicios
de financiación. En muchas ocasiones la distribución comercial financia al
fabricante debido a que compra sus productos pagándolos por ejemplo a 30 días y
el distribuidor tarda en venderlos más tiempo. En la actualidad, esta situación
es contraria para el caso de las grandes empresas de distribución, ya que pagan
a los productores a un plazo de tiempo superior al que ellos tardan en vender
esos productos, por lo que es el fabricante el que financia a los distribuidores.
Asunción
de riesgos. La distribución comercial asume riesgos al comprar los productos al
fabricante, ya que puede ocurrir que estos no se vendan porque queden
obsoletos, se estropeen en el almacén, los roben, etc. Estos riesgos no los
corre el fabricante desde el momento que pone sus productos a disposición de la
distribución comercial. Generalmente, estos riesgos suelen ser cubiertos por la
distribución comercial a través del pago de pólizas de seguros.
En
definitiva, la distribución comercial es el puente que une la producción con el
consumo debido a que ofrece al consumidor “el producto adecuado, en el lugar
adecuado y en el momento adecuado”. Las utilidades que son añadidas a los
productos para los consumidores, así como los servicios ofrecidos a los
productores suponen un coste que elevará el precio de venta de los productos.
Este coste deberá ser razonable y acorde con las utilidades y servicios creados
para que el consumidor esté dispuesto a pagarlo.
Desde el punto de vista
macroeconómico, la distribución permite además una mejor asignación de los
recursos económicos al poder especializarse la producción por zonas
geográficas, en función de los recursos naturales de las mismas y de la
capacidad y formación de sus habitantes facilitando la distribución
posteriormente que los excedentes puedan ser intercambiados entre zonas
geográficas por otros productos que se necesitan y no se disponen (Santesmases, 1999, pp. 509510).
Por
tanto, la distribución comercial tiene la función económica de facilitar los
intercambios de bienes y servicios reduciendo costes al poner en contacto la
producción y el consumo, de tal forma que favorece el desarrollo industrial y
satisface las necesidades de compra de la población.
Como
habremos visto en esta recreación cada parte que deriva en el proceso
subsecuentemente tiene su propia intención particular; el conocimiento de estos
elementos en la constitución de un negocio en potencia sirve de resguardo a los
intereses invertidos, pues al ser el derivado de una necesidad en la relación
al cliente y sus necesidades, no puede pasarse por alto ni prescindir de su
objeto; formalicemos pues queridos amigos nuestros procesos.
Por
Gerardo Morales
PROPIEDAD INTELECTUAL: TODOS LOS TEXTOS SON ORIGINALES DE CARLOS GERARDO MORALES OLIVERA
A EXCEPCIÓN DE LOS TITULARES SEÑALADOS EN NEGRITA O CURSIVA.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Santesmasses, Eduardo - "Actividad y comercio" - Ataya 2009 .
2. Cruz Roche, P. - "Mecanismos de control admisnistrativo aplicado" - Cumbre 2002
3. Vázquez, Arturo; Trespalacios D. - "La ruta de los negocios" - FCE 2006
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