LA
PROTECCIÓN DE LA BELLEZA
Hoy se cumplen 40 años de la
creación de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y
Natural, tomando forma en lo que hoy honrosamente conocemos como la UNESCO,
organismo que destaca la belleza y singularidad histórica de algunos sitios y
espacios en el mundo.
Son muchos ya los honrados
países que forman parte de la larga lista que este organismo se ha encargado de
ensalzar y poner a consideración y cuidado de la humanidad, anteponiendo el
sentido precisamente humano que pueda verter, quien se sienta inspirado,
incluido o tomado en cuenta con el solo hecho de saberse parte de la historia
de un sitio , espacio u obra.
Aunque México se ha
beneficiado con el reconocimiento internacional de 31 sitios que han obtenido
la declaratoria de Patrimonio Mundial, de la UNESCO, así como con la
implementación de proyectos de conservación y de turismo sustentable que
motivan su autosuficiencia presupuestal, involucramiento y desarrollo social de
las poblaciones aledañas; parece que su alcance solo impacta a las clase con
mas cultura expresa y dueña de una personalidad con menos ignorancia educativa.
Remontándonos a la historia de esta organización la primera
convención celebrada en París, Francia, en 1972, y fue considerada uno de los
instrumentos legales internacionales más importantes para el rescate,
conservación y salvaguardia de los sitios o bienes que poseen un valor
excepcional cultural o natural para la humanidad, acciones que son evaluadas
anualmente por representantes de 21 Estados Parte del Comité Intergubernamental
para la Protección del Patrimonio Mundial.
“En esta ocasión, del 24 de
junio al 6 de julio se realiza en San Petersburgo, Rusia, la 36° Sesión del
Comité Intergubernamental (la primera
fue eN 1959) para analizar las nuevas inscripciones de sitios a la Lista de
Patrimonio Mundial, y reflexionar sobre la aplicación de este instrumento de
salvaguardia a cuatro décadas de su creación”, expresión de CONACULTA a voz de
su líder en este magno aniversario.
Desde 1959, cuando el
gobierno de Egipto decidió construir la presa de Asuán, que inundaría el valle
en el que se encontraban los templos de Abul Simbel y Filae, tesoros de la
antigua civilización egipcia, fue que la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lanzó una campaña mundial
para su protección, a fin de levantar los monumentos. Fue esta campaña que
inicio con una saga imparable de eventos de reconocimiento que involucró a gran
parte del orbe y sus espacios de interés mundial
También se realizó una
campaña voraz sobre la mentalidad de los habitantes del mundo en todas sus
latitudes y se incentivó la participación de los gobiernos de toda ideología
política a formar parte de esta intención mundial. La campaña tuvo la
participación de 50 países y demostró la responsabilidad compartida entre las
naciones para la conservación de los sitios culturales. Posteriormente, la
Conferencia General de la UNESCO aprobó, el 16 de noviembre de 1972, la
Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, que
hasta el año pasado había sido ratificada por 189 países, entre ellos Alemania,
China, Japón, Argentina, Brasil, Italia, Sudáfrica, Portugal, Turquía, y por
supuesto México.
Entre algunos de los
beneficios que México ha obtenido al adherirse al órgano, destacan la creación,
por parte del INAH, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y
Museografía (ENCRyM) “Manuel del Castillo Negrete”, que comenzó a operar con el
reconocimiento de la UNESCO, con el fin de establecer un centro de estudios
para la restauración en Latinoamérica.
De igual forma, desde 1994
nuestro país ha figurado como miembro del Comité del Patrimonio Mundial, y
durante 1997 ocupó la presidencia del mismo, durante la cual se comenzó una
serie de propuestas y gestiones internas, que años más tarde (2001)
desembocarían en la creación de la Dirección de Patrimonio Mundial, para que el
gobierno mexicano diera seguimiento al desarrollo, conservación y cuidado de
los sitios inscritos en el listado de la UNESCO.
A la fecha, nuestro país ha tenido una
dinámica de crecimiento y mejoría de dichos lugares, al comprometerse ante la
Convención a cumplir mecanismos y estrategias claras de conservación y
restauración internacionales, a través de planes de manejo. Asimismo, mediante
políticas de turismo sustentable, en los sitios declarados se ha impulsado su
autosuficiencia presupuestal, el involucramiento de las comunidades colindantes
en el cuidado de las riquezas culturales y naturales, así como su desarrollo
económico y social con la captación de visitantes.
El director de Patrimonio
Mundial del INAH comentó que “esta
conmemoración también servirá de marco para hacer una revisión de los aciertos
y errores en los sitios inscritos, la vinculación con las comunidades, la
conservación y sustentabilidad, así como de los procesos de cooperación entre
los 189 países adheridos”.
En el caso de México,
finalizó, “estas actividades se
realizarán a través de la Secretaría de Turismo, el Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes (Conaculta), el INAH y el Centro de Patrimonio Mundial de
la UNESCO”. Se efectuarán del 18 al 20 de julio en la ciudad de Querétaro,
bajo el título “Turismo y territorio, clave para el Desarrollo Comunitario”,
donde se discutirán también temas vinculados al turismo como herramienta para
el desarrollo sustentable de los sitios y la participación e involucramiento de
las comunidades.
En este magno día de
celebración cultural, habremos de cavilar acerca del cuidado que nosotros
mismos hemos dejado de tener acerca de nuestros sitios de identidad cultural, es
hora de acercarnos a la historia y escuchar desde sus texturas y colores la
magnificencia de su pasado e importancia histórica, debemos de darle el
merecido reconocimiento a su impávida pero narrativa presencia.
Es ahora en este 40
aniversario, que la UNESCO parece dejar de ser el órgano rector de los sitios
culturales para transformarse en el referente obligado del pasado artístico del
hombre. Son estas cuatro décadas una muestra importante de que en el mundo las
cosas con sentido nunca mueren.
Por
Gerardo Morales
PROPIEDAD INTELECTUAL: TODOS
LOS TEXTOS SON ORIGINALES DE CARLOS GERARDO MORALES OLIVERA
A EXCEPCIÓN DE LOS TITULARES EN NEGRITA O CURSIVA.
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